Encuentro E-KLAN Tafalla

El sábado compartimos un encuentro precioso que giraba en torno a tres verbos que para mí sostienen toda práctica fotográfica y, al mismo tiempo, toda práctica vital: mirar, recordar y crear. Durante algo más de tres horas conversamos sobre cómo la mirada nunca es neutra, cómo nace desde un cuerpo situado lleno de historias, heridas y aprendizajes. Vimos juntas el trabajo de artistas como Aïda Muluneh, Cindy Sherman o Lebohang Kganye, que cuestionan quién mira, desde dónde y con qué permisos. Hablamos también de la memoria como un territorio en movimiento, donde las fotos familiares y los archivos personales no fijan nada: más bien abren puertas, revelan silencios y permiten volver a contar aquello que creíamos cerrado.

En la última parte exploramos la creación como un gesto de transformación. Compartí imágenes de Carmen Winant, Johanna Bath o Pixy Liao para mostrar cómo el cuerpo puede ser archivo, escenario y herramienta de invención. Entre todas fuimos entendiendo que fotografiar no es solo registrar —es también imaginar, reparar, resistir. Salí del taller con la sensación de que las imágenes se habían vuelto más porosas, más nuestras. Y con la certeza de que, cuando miramos con conciencia, recordamos con cuidado y creamos con libertad, la fotografía deja de ser un objeto para convertirse en un espacio compartido donde poder volver a habitar juntas.